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La descongelación de alimentos es un proceso muy automatizado por parte de la sociedad. Aunque en muchas ocasiones no tenemos muy claro cómo proceder de una forma segura, y actuamos por intuición o promovidos por el conocimiento popular. Por tanto, parece evidente que, existe una necesidad de disponer de una pequeña base de buenas prácticas que reduzcan la probabilidad de contraer enfermedades transmitidas por los alimentos y el desperdicio de comida.


“El objetivo principal es consumir alimentos seguros y alterar mínimamente las propiedades del producto” Naiara Gurrutxaga, responsable de formación en Elkolab.


El primer paso quizás lo debemos enfocar en el proceso de congelar los productos. Una acción que nos permite disponer de alimentos frescos y de reducir drásticamente el desperdicio al posponer su consumo a un período posterior. Lo ideal es iniciar este ejercicio inmediatamente después de realizar las compras diarias ya que mantenemos la calidad del producto.  En cuanto a alimentos ultracongelados, lo más acertado es protegerlos con bolsas aislantes en el trayecto entre el mercado y el domicilio. Debemos remarcar algo que suena evidente: cuanto más pequeños sean los trozos de pescados o carne, antes se congelarán y descongelarán.

El tiempo que mantendremos los productos congelados varía en función de cada uno y del equipo que disponemos (capacidad de frío de -18 a -24 grados).  Según la OCU, el pescado tiene una duración aproximada de tres meses, los bistecs varían entre seis y doce meses mientras que el pollo dura hasta un año. “Aun así, lo más conveniente es no alargar demasiado el tiempo hasta el consumo y consumirlos antes de estos plazos, si es posible”, remarca, Naiara Gurrutxaga.
 

Proceso de descongelación

Antes de iniciar la descongelación segura, debemos tener en cuenta que cualquier alimento que comienza ese proceso es más vulnerable a la acción de los microorganismos que en su estado fresco. El calor fulmina a la mayoría de las bacterias. El frío, por su parte, a veces, sólo las paraliza. En el caso del anisakis, por ejemplo, se necesita una temperatura de -18 grados centígrados durante 5 días para acabar con el parásito.
 




En una guía de buenas prácticas de descongelación no pueden faltar una referencia primordial y que suele ser un error habitual: “nunca descongelar el producto a temperatura ambiente”. Lo ideal es sacar la comida 24 horas antes del congelador e incluirla en el frigorífico, de esta forma se consigue que la descongelación sea progresiva y segura, y que la temperatura, al no subir de los 6ºC, evitará la multiplicación de las bacterias que pueda haber presentes.


Descongelar alimentos a baja temperatura para evitar el desarrollo de bacterias:

  1. Asegúrate de tener las manos y los utensilios limpios cuando manipulamos los alimentos.
  2. Antes de descongelar, rompe los bloques grandes de pescado, gambas, verduras, etc, congeladas dentro del envase. Descongela sólo la cantidad necesaria de alimentos y mantén el resto congelado.
  3. Descongela la carne, el pescado y el marisco en un recipiente aparte en la nevera o bien conserva el envase original para evitar la contaminación de otros alimentos.
  4. Descongela las verduras y las frutas bajo el agua corriente fría, preferiblemente en el envase original.
  5. No volver a congelar los alimentos después de descongelados.

Cocinado

  1. Cocina los alimentos descongelados antes de su consumo para eliminar las bacterias.
  2. Se puede descongelar, cocinar el alimento y volverlo a congelar, pero siempre bien tapado (con recipiente apto) y con fecha de congelación y consumir lo antes posible; máximo tres meses.
  3. Sigue siempre las instrucciones de conservación del fabricante para garantizar la seguridad de los alimentos.
  4. Para trozos pequeños congelados como verduras se pueden cocinar directamente.

Microondas

Microondas Elkolab

  1. Descongelar en el microondas para productos de pequeños tamaños y de composición uniforme.
  2. El proceso de descongelación no es homogéneo. Se aconseja utilizar la función de descongelar, que es la más baja. Introducir el alimento en un recipiente tapado, e ir parando el microondas para cambiarlo de posición y darle vueltas al contenido.
  3. Sacar los alimentos de su envoltorio.
  4. Cocinar inmediatamente, ciertas partes de los alimentos empiezan a cocerse durante la descongelación.
  5. No utilizar bolsas de plástico muy fino, de supermercado, periódico o papel de aluminio.
  6. En cambio, se pueden emplear recipientes de vidrio, cerámica y recipientes plásticos que sean aptos.

Una mención especial se merece otra técnica habitual y muy popular, pero que resulta ser la menos recomendada. La descongelación al chorro de agua fría, pero siempre cubierta con el envase. “El agua no debe entrar en el envase. También se puede descongelar metiendo el envase/tupper en agua templada un rato hasta que comience a descongelarse y después llevar lo antes posible al fuego y que suavemente se vaya calentando y descongelando a la vez. Si es líquido llevar a ebullición”, afirma Naiara Gurrutxaga.
 

Corte de luz

¿Qué hacemos con alimentos congelados afectados por un corte eléctrico? Desde la web Foodsafety.gov, el Gobierno americano asegura que los productos que contienen cristales de hielo o se encuentran a temperaturas menores de 4,4 grados centígrados pueden volverse a congelar. Su calidad se verá afectada, pero continuaran siendo seguros para su consumo.

Expertos en frío adelantan que un buen congelador puede mantener los alimentos congelados durante 6 ó 8 horas sin luz, pero que nunca debería ser abierto. Si después de la incidencia eléctrica, los productos están blandos, procederíamos a vaciar el refrigerador y a cocinarlos.

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