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La Comisión Europea ha fijado los niveles máximos de tres aditivos antioxidantes utilizados en el atún para hacer frente al fraude alimentario. Los niveles excesivos pueden exponer a los consumidores al riesgo de intoxicación por histamina, también conocida como escombroide. Los límites se aplican al uso de ácido ascórbico, ascorbato de sodio y ascorbato de calcio.

La Comisión Europea ha recogido dichas modificaciones en Reglamento 2022/1923, por el que se modifica el anexo II del Reglamento (CE) Nºo 1333/2008 de aditivos alimentarios, en lo que se refiere al uso de los antioxidantes ácido ascórbico (E 300), ascorbato sódico (E 301) y ascorbato cálcico (E 302) en el atún, que fue publicado en pasado día 11 de octubre en relación a aditivos autorizados para el atún y el próximo 31/10/ 2022 entrará en vigor.

En el pescado no procesado, los antioxidantes ayudan a frenar la decoloración de la carne y el desarrollo de la ranciedad. Los consumidores relacionan la frescura con el color rojo natural de la carne del atún fresco.

Anteriormente, no existía un nivel máximo para estos aditivos alimentarios y se utilizaban como parte de las buenas prácticas de fabricación, a un nivel no superior al necesario para lograr el objetivo previsto y siempre que no se engañara al consumidor.

Fraude alimentario

En 2018, una operación en 11 países de la UE descubrió que el atún destinado a las conservas era tratado ilegalmente con sustancias químicas que alteraban su color para dar la impresión de frescura. En total, se incautaron 51 toneladas y se tomaron más de 380 muestras. En 2020, en Bélgica, 16 de las 29 pruebas realizadas al atún no cumplían con las cantidades de ácido ascórbico.

A raíz de las investigaciones sobre fraude alimentario, las autoridades nacionales han informado de casos en los que los lomos de atún vendidos como frescos contenían los aditivos en cantidades superiores a las que se consideran necesarias para lograr el efecto antioxidante típico del atún fresco. Las autoridades sospechan que se están utilizando en el atún destinado a las conservas para restaurar el color y colocar el pescado en el mercado como fresco.

“El uso de los aditivos alimentarios en altas cantidades para restaurar artificialmente el color de la carne del atún fresco da la oportunidad de comercializar engañosamente el atún para comercializarlo como fresco, vendiéndolo a un precio más alto, engañando a los consumidores y exponiéndolos al riesgo de intoxicación por histamina, también conocida como escombroide”, Comisión Europea.
 

Límite de aditivos establecido

Los lomos de atún descongelados que se comercializan como atún fresco deben proceder de atún congelado por debajo de - 18 grados C después de su pesca, mientras que otros lomos de atún descongelados deben utilizarse únicamente para conservas.

Los países, encabezados por España, pidieron a la Comisión que estableciera un límite máximo para los aditivos alimentarios como antioxidantes en el atún descongelado que se vende como fresco (sin procesar) o marinado (procesado). Se propuso un nivel máximo de 300 miligramos por kilo. Se trata de la cantidad más alta señalada por la industria en un dictamen anterior de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).

El objetivo de este nivel es garantizar que siga habiendo margen para un uso legítimo si se siguen las buenas prácticas.


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