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El apagón sufrido en España y Portugal nos ha enseñado que, ante un corte en el suministro eléctrico, es fundamental actuar con rapidez y precaución para evitar riesgos para la salud y la seguridad alimentaria. Las interrupciones eléctricas pueden comprometer la cadena de frío y, en consecuencia, favorecer la proliferación de bacterias peligrosas en productos perecederos. A continuación, os presentamos las principales recomendaciones de seguridad alimentaria.

Lo más importante en las primeras horas tras el corte de luz es mantener cerradas las puertas del refrigerador y del congelador. Esto ayuda a conservar la temperatura interior: la nevera es capaz de mantener el frío por unas 4 horas si no se abre, mientras que un congelador lleno puede conservar la temperatura hasta 48 horas, y hasta 24 si está medio lleno.
 
Si se prevé que el corte se prolongará, usar hielo seco es una solución efectiva. Por ejemplo, 20 kg de hielo seco pueden mantener frío un congelador de 500 litros durante dos días. Esto es especialmente útil para empresas alimentarias que almacenan grandes cantidades de alimentos y no pueden acceder rápidamente a una fuente de electricidad alternativa.
 
Una vez restablecido el servicio eléctrico, se debe verificar la temperatura de los alimentos. Si el congelador cuenta con termómetro y marca 4?°C o menos, la comida puede conservarse con seguridad. En su defecto, revisar que los productos aún contengan trozos de hielo o estén fríos al tacto es una buena indicación. Por otro lado, no se debe confiar únicamente en el olor o aspecto de los alimentos para determinar su estado.

Alimentos perecederos, frutas y verduras

Los alimentos perecederos como carnes, pescados, huevos, leche o sobras que hayan estado a más de 4?°C durante más de dos horas deben desecharse, ya que representan un riesgo para la salud incluso si se cocinan. Para los alimentos de origen animal que sí se conserven a temperaturas seguras, se recomienda cocinarlos completamente, siguiendo las normas de higiene adecuadas.
 
También es importante lavar frutas y verduras con agua potable, y en el caso de los niños pequeños, usar alimentos infantiles preparados o emplear agua embotellada si hay dudas sobre la seguridad del agua del grifo.
 
Desde Elkolab, como expertos en calidad y seguridad alimentaria, recomendamos a todas las empresas del sector alimentario contar con planes de contingencia para cortes eléctricos, que incluyan monitoreo de temperaturas y protocolos de actuación. Además, es clave formar al personal para tomar decisiones basadas en criterios técnicos y garantizar así la seguridad del consumidor final.

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